martes, 9 de junio de 2015

                           Batalla del Alto de la Alianza



Antecedentes



Después de haber ocupado el Departamento de Tarapacá, en noviembre de 1879, desembarca en Ilo y Pacocha una fuerza chilena comandada por Erasmo Escala Arriagada. Ya en marzo envía el general Baquedano al Coronel Mauricio Muñoz hacia una expedición a Moquegua, al mando de 4.000 hombres, con el animo de destruir las fuerzas enemigas en la zona y aislar a los ejércitos aliados. Los sucesos allí ocurridos, serán descritos como la Expedición a Moquegua.
El primer choque se llevó a cabo en la cuesta de Los Angeles, la Batalla de Los Ángeles ocurrió el 22 de marzo de 1880. La victoria chilena se logra luego que el regimiento Atacama escala la ladera de Guaneros sin ser advertido, que se consideraba un flanco seguro por los defensores, realizando la ofensiva desde atrás de las líneas peruanas.

La Batalla

La Batalla del Alto de la Alianza, fue una acción bélica que se desarrolló el 26 de mayo de 1880 en Tacna, específicamente en la meseta del cerro Intiorco, denominado como el Campo de la Alianza, debido a la alianza Perú-Bolivia, en el marco de la Guerra del Pacífico, siendo una de las acciones militares más grandes de la Campaña de Tacna y Arica.Se enfrentaron los ejércitos aliados del Perú y Bolivia contra Chile. Luego de la victoria de Chile tras 8 horas de combate, un suceso importante para el futuro de la guerra había ocurrido: el abandono de la alianza por parte de Bolivia, de allí el nombre Alto de la Alianza, dejando en combate al Perú

El Repase.- Ilustra uno de los momentos más

dolorosos de la guerra, cuando los soldados

chilenos ultimaban a las tropas peruanas.













Contenido de la cruz

A los que cayeron defendiendo la libertad de Tacna y Arica en las batallas de Mayo y Junio de 1880. Tributamos homenaje con esta cruz llena de pensamiento rendido a su memoria.
Eran hombres fuertes para quienes la vida no valía nada en la indignidad y esclavitud.
Habitaban la pacifica y riente extensión de los valles, amaban a todos los hombres y no ansiaban la riqueza del extraño.
Pero cuando la agresión injusta amenazo la integridad de su derecho se irguieron para formar una barrera con sus cuerpos a la puerta de sus ciudades queridas.
El enemigo avasallo esa barrera solo cuando toda su sangre como una llama abatida corrió cubriendo las arenas del combate en el momento en que se acerca la reparación de la justicia que ellos defendieron.
Su recuerdo se levanta como una estrella rutila para presidir la marcha triunfadora de los estandartes.

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