martes, 28 de abril de 2015

            Primer Militarismo

El primer militarismo es la etapa en la cual se sucedieron numerosos militares en el poder, mayormente caudillos de la independencia del Perú.
La independencia y el establecimiento de la república habían mermado considerablemente los privilegios de los que habían gozado ciertos grupos, co
n
los hacendados y mineros criollos, durante la colonia. Así el nuevo Estado pasó a ser un botín por el que pugnaban distintas facciones que buscaban el poder político y el poder económico de sus propios grupos. Además el abismo cultural que separaba a los sectores populares de los intelectuales y profesionales le quitó solidez a estos grupos para conformar una alternativa de poder.
Los caudillos en el primer militarismo

Los obstáculos impuestos para los legisladores a la democratización de la sociedad, restaron fuerza a las instituciones civiles, lo que fue aprovechado por los militares sobrevivientes de las guerras independentistas, quienes dominaron la escena política iniciando el primer militarismo en el Perú. Su presencia además, se hizo necesaria para resolver las tensiones fronterizas con Bolivia, la Gran Colombia y Chile.
Los caudillo actuaban con el apoyo de un ejercito no profesional y representaba los intereses de grupos determinados, a los que daba protección y una vez en el poder, favores a cambio de su apoyo. De ahí que entre 1821 y 1845,
 hubo 53 gobiernos, se reunieron diez congresos y se promulgaron seis constituciones
. Esto impidió la integración de la población peruana y obstaculizó la formación de un Estado-nación. Los caudillos no tuvieron una ideología única; podían ser desde conservadores y autoritarios, hasta románticos y chauvinistas.
La situación de la Iglesia

Esta fue la única institución colonial que continuó extendiéndose en la etapa republicana, y sus papel fue dar estabilidad social al nuevo contexto histórico del primer militarismo en el Perú. Se produjo una carencia de obispos, pues los que ocuparon estos cargos, al ser españoles, retornaron a España. El gobierno peruano no pudo nombrar a otros en su reemplazo hasta que la Santa Sede reconoció el derecho de la nueva república a designar sus autoridades eclesiásticas a mediados del siglo XIX. En la segunda mitad del siglo llegaron nuevas congregaciones desde Europa, las hermanas de los Sagrados Corazones y los salesianos, entre otras, que fundaron varios colegios. A pesar de todo, la Iglesia siguió teniendo una gran aceptación. Obispos como el de Arequipa. Jose Sebastián Goyoneche hicieron frente a la crisis de la Iglesia durante los primeros años.
Indígenas y esclavos
El establecimiento de la república no cambio mucho la situación de los indígenas. Por ejemplo, continuaron obligados a dar el servicio personal y el tributo, ahora llamado contribución. Los indígenas eran ciudadanos solo en teoría. Por su parte, los liberales consideraban que la autonomía e identidad comunal de los indígenas era un obstáculo para constitución de una nueva nación. Quisieron obligarlos a integrarse al país mediante la participación económica, pero sin ninguna clase de orientación o apoyo del Estado, quedaron a merced de los hacendados. Muchas comunidades campesinas se desintegraron. La situación de los esclavos no cambió realmente hasta su libertad llegó en 1854. Los hacendados seguían dependiendo de la mano de obra de los esclavos negros, pero el costo de mantenerlos fue cada vez mayor. Durante las guerras libertarias algunos esclavos habían aprovechado la situación para escapar de sus dueños, pero otros fueron reclutados de manera forzada para algunos de los bandos.
La vida política durante el primero militarismo

En 1827 el Consejo de Gobierno encomendado por Bolivar a Santa Cruz convocó a elecciones para el segundo congreso peruano. Una vez instalado bajo la presidencia de Francisco Javier de Luna Pizarro se convocó a elecciones, en las cuales triunfó Jose de la Mar. El nuevo gobierno intentó solucionar la crisis económica del país con una serie de medidas proteccionistas para la industria nacional; sin embargo, estas no tuvieron éxito. Con una promulgación de la Constitución de 1828, el poder del Ejecutivo quedo subordinado al Legislativo, lo que representó un problema para la Mar. Como consecuencia de la intervención de Agustín Gamarra en Bolivia, se depuso a Sucre del gobierno boliviano; esto produjo la reacción de Bolivar desde la Gran Colombia. A pesar de las negociaciones con La Mar para resolver las exigencias del pago por los servicios de la Corriente Libertadora del Norte y los problemas limítrofes que Bolivar reclamaba, este declaró la guerra al Perú. Los resultados de los enfrentamientos con la Gran Colombia no fueron favorables para el Perú. En ese contexto, Agustín Gamarra destituyó y desterró a La Mar. El congreso convocó a elecciones y en agosto de 1829 resulto elegido Agustín Gamarra.
Cambios en el poder

En 1833, después de los conflictos entre el Congreso y Gamarra, y del intento de golpe de 1831 encabezado por el vicepresidente Gutierrez de la Fuente (que fue controlado gracias a la intervención de Francisca Zubiaga, esposa de Gamarra) se convocó a una Convención Nacional con el objetivo de aprobar algunas reformas constitucionales.
Coincidiendo con el fin del periodo del gobierno de Gamarra, la Convención eligió a Luis Jose de Orbegoso como nuevo presidente. A pesar del respaldo con el que contó Orbegoso, no pudo impedir los levantamientos de los caudillos militares, entre ellos Gamarra. La tranquilidad que le dio el acuerdo con las facciones militares después del llamado abrazo de Maquinhuayo, no duró mucho. Estando en Arequipa, donde tuvo un gran apoyo popular, en 1835 se produjo en Lima la sublevación del joven general Felipe Santiago Salaverry, quien se proclamó Jefe Supremo del Perú. El gobierno de Salaverry duró apenas 11 meses.
La economía en el primer militarismo

La independencia no trajo el auge comercial esperado por los liberales. Al contrario, se registró un descenso en la producción, se redujeron los mercados tradicionales para los productos agrícolas y mineros, y el crédito se tornó escaso y costoso. Los hacendados perdieron privilegios y parte de sus campos de cultivo fueron destruidos durante las guerras de independentistas, escaseó la mano de obra, hubo una fuga de capitales por el éxodo masivo de españoles, y cada vez era menos los mercados para sus productos.

La economía del sur

La situación económica de Arequipa y el sur andino fue muy distinta al del resto del país. En esta región se estableció una economía próspera gracias a la venta de lana de oveja y camélidos, a su ingreso en el mercado británico y la explotación de la mano de obra indígena. Esto permitió a la élite arequipeña una gran capacidad económica y política.



LAS CORRIENTES LIBERTADORAS

LA CORRIENTE LIBERTADORA DEL SUR
La Independencia de Argentina 
1. Durante el siglo XVIII la Corona española implementó las Reformas Borbónicas que incluyeron la creación del Virreinato del Río de la Plata y la discriminación a los criollos en los empleos públicos.
2. Entre 1806 y 1814, España fue invadida por Napoleón Bonaparte, lo que fue aprovechado por los criollos separatistas de Buenos Aires para derrocar al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y formar una Junta de Gobierno. En 1816, se proclamó la Independencia de Argentina, con el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata.
INDEPENDENCIA DE CHILE
 En 1817, el general argentino don José de San Martín y su Ejército de los Andes
 cruzaron la Cordillera y llegaron a Chile. Derrotaron a los realistas en la batalla de Chacabuco, tuvieron un revés en Cancha Rayada y vencieron definitivamente en la batalla de Maipú (5 de abril de 1818). El nuevo gobierno chileno encabezado por Bernardo de O’Higgins apoyó al general San Martín para organizar su expedición al Perú.
La Independencia del Perú

En setiembre de 1820, desembarcó en Paracas el general don José de San Martín con tropas procedentes de Argentina y Chile. Se instaló provisionalmente en Pisco y envió delegados a la Conferencia de Miraflores, con la esperanza de convencer al virrey Joaquín de Pezuela de colaborar con la Independencia del Perú. Al no conseguirlo, se trasladó a Huaura, más cerca de Lima. Mientras tanto su lugarteniente Álvarez de Arenales venció en la batalla de Cerro de Pasco y el jefe de su escuadra Tomás Cochrane capturó en el Callao el buque “Esmeralda”.
Al comenzar 1821, varias ciudades del norte del Perú se adhirieron a los patriotas y empezaron a desertar algunos batallones realistas. Esto provocó el “Motín de Aznapuquio” (enero de 1821), donde un grupo de generales españoles obligaron a renunciar a Pezuela y nombraron como virrey a José de La Serna, quien decidió negociar con San Martín en la Conferencia de Punchauca (junio de 1821). El resultado fue negativo, por lo que San Martín acercó sus tropas a Lima, donde empeoró la escasez de alimentos por el bloqueo de los patriotas. Entonces La Serna y sus tropas huyeron a la sierra central, para después enrumbar al Cusco. Esto permitió el ingreso pacífico de San Martín a Lima para proclamar la Independencia del Perú. La ceremonia se realizó en la Plaza Mayor, el 28 de julio de 1821.

El Protectorado de Don José de San Martín
Don José de San Martín gobernó el Perú provisionalmente con el título de Protector. Durante un año trato de organizar el nuevo Estado con la intención de implementar una monarquía constitucional. También intentó terminar con la resistencia realista en la sierra sur, pero no contaba con la fuerza militar suficiente. Para obtener la ayuda de Simón Bolívar viajó a Guayaquil, pero el libertador venezolano no aceptó venir mientras San Martín tuviera el poder. En setiembre de 1822, San Martín renunció al gobierno y se retiró del Perú. Con su retorno a la Argentina llegó a su fin la Corriente Libertadora del Sur.

 la Corriente Libertadora del Norte 

Se llama así a la campaña independentista liderada por Simón Bolívar entre 1810 y 1826. Se inició luchando por la libertad del Virreinato de Nueva Granada (Colombia, Venezuela y Ecuador) y terminó al conseguir la independencia de Perú y Bolivia.

Independencia de Colombia, Venezuela y Ecuador
Después de una década de sangrientos enfrentamientos, Simón Bolívar consiguió la independencia de Colombia al derrotar a los españoles en la batalla de Boyacá (7-8-1819). La independencia de Venezuela la consiguió al vencer en la batalla de Carabobo (24-6-1821) y la de Ecuador al ganar en Pichincha (24-5-1822).

INDEPENDECIA DEL PERU
En julio de 1822, Simón Bolívar se entrevistó con don José de San Martín en Guayaquil. El resultado fue el retiro de San Martín del Perú para que su campaña libertadora sea culminada por Bolívar. Éste llegó a Lima en setiembre de 1822 y fue nombrado Dictador del Perú en febrero de 1822. Así, al mando del Ejército Unido Libertador derrotó a los españoles en la batalla de Junín (6-8-1824) y su lugarteniente Antonio José de Sucre los venció en la decisiva batalla de Ayacucho (9-12-1824).

Independencia de Bolivia
Sucre llevó se dirigió al Alto Perú (Bolivia) para derrotar al español Antonio Olañeta, pero al llegar se enteró que éste había sido muerto por sus propios soldados. Entonces convocó al Congreso de Chuquisaca donde el 6 de agosto de 1825 se decidió el nacimiento de la República de Bolivia.



martes, 21 de abril de 2015

ensayo sobre revolución francesa


LA REVOLUCION FRANCESA
La revolución francesa fue un proceso social y político acontecido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron el derrocamiento de Luis XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones, la abolición de la monarquía en Francia y la proclamación de la I República, con lo que se pudo poner fin al Antiguo Régimen en este país. Aunque las causas que generaron la Revolución fueron diversas y complejas, éstas son algunas de las más influyentes: la incapacidad de las clases gobernantes —nobleza, clero y burguesía— para hacer frente a los problemas de Estado, la indecisión de la monarquía, los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado, el empobrecimiento de los trabajadores, la agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces y el ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense.
 Con este trabajo pretendemos que muchos de los factores que hicieron posibles la revolución francesa, queden aún más claros de lo que hoy en día lo están.
 Finalmente creemos que hay que tener muy en cuenta que si no hubiera sido posible la revolución francesa, hoy en día no gozaríamos de vivir en un país regido por una democracia, ya que obviamente esta revolución fue el primer paso que dieron los hombres para que se tengan en cuenta sus derechos como personas y deberes como un ciudadano.

CÓMO EMPEZÓ LA REVOLUCIÓN FRANCESA
 La revolución francesa no empezó por un tumulto, sino por un idilio. Al anunciar Necker el 1º de enero de 1789 que el Rey convocaba los Estados Generales, concediendo al Tercer Estado una doble representación, la noticia fue acogida con entusiasmo enternecido y la bondad de Su Majestad Luis XVI hizo verter “torrentes de lágrimas”. Robespierre, abogado de Arrás y honorable burgués, hablaba de Luis XVI como de un hombre oportuno predestinado por el cielo para dar cima a una revolución. Más las ideas eran menos claras que vivos los sentimientos. ¿Se votaría por órdenes o por cabezas? El ministro no había dicho nada de esto. De votarse por órdenes todos los efectos de la doble representación quedarían anulados. ¿Y qué significaba una consulta electoral en un país sin educación política? A falta de candidatos y de profesiones de fe, se pidió a los electores que fueran quienes redactaran los programas, en forma de cuadernos (Cahiers)
 Algunos folletos les daban advertencias y consejos. El más célebre fue el de abate Sièyes, sacerdote agriado, frío, razonable. “¿Qué es el Tercer Estado? Todo. ¿Qué ha sido hasta el presente? Nada. ¿Qué quiere ser en adelante? Algo.” Este folleto conoció un éxito entusiasta y se vendieron 30000 ejemplares.
 A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los exámenes estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados. El objetivo de tales propuestas era conseguir el voto por individuo y no por estamento, con lo que el tercer estado, que disponía del mayor número de representantes, podría controlar los Estados Generales.
 A partir del 15 de mayo, una docena de sacerdotes demócratas respondieron a esta llamada; en unión de ellos, los diputados del Tercer Estado se proclamaron en Asamblea Nacional (17 de junio)
 Esta Asamblea ilegal esperó ser disuelta desde el primer día, pero no lo fue. La asamblea juró no separarse jamás y reunirse en cualquier parte donde las circunstancias lo exigieran hasta que la Constitución estuviese firmada sobre sólidos cimientos.
 La toma de la Bastilla es uno de los acontecimientos de los que no es fácil ni siquiera equitativo hablar objetivamente. Una vez tomada la Bastilla, el gobernador y otros soldados fueron asesinados cuando ya estaban indefensos. El efecto de la toma de la fortaleza fue prodigioso. Inmediatamente el pueblo conoció toda su fuerza. Robespierre resumió así el balance de la jornada: “La libertad pública conquistada, poca sangre vertida, sin duda alguna cabezas caídas, pero cabezas de culpables..... ¡Oh señores; a este motín debe la nación su libertad!” el 14 de julio de 1789 había sido, pues, la primera de las grandes “jornadas revolucionarias”, dramas rápidos que cada vez, en pocas horas de levantamiento o motín parisiense, debían cambiar la faz de Francia.
 El 14 de julio, el rey cazó durante todo el día; después fatigado se fue a acostar. El día 15, por la mañana, el Duque de Liancourt le despertó para anunciarle lo que ocurría. “¿Es una revuelta?”, preguntó Luis XVI. “No, Sire; es una revolución”. El rey prometió retirar las tropas; la monarquía renunciaba a defenderse. La Asamblea se sintió, ante todo, consternada; en una gran mayoría era burguesa, opuesta a toda violencia. Desbordada, cerró el paso a las multitudes de París, que ahora se encaminaban a la Bastilla para demolerla. El astrónomo Bailly, héroe del juego de la Pelota, fue nombrado alcalde de París, y La Fayette, héroe del Yorktown, se puso al mando de la guardia Nacional. El 17 de julio, Luis XVI fue a París, acudió al Hôtel de Ville y recibió la escarapela tricolor. Aceptaba, por lo tanto, La Revolución, pero sin inteligencia y sin entusiasmo, de modo que no sacó ningún beneficio de su actitud.
 La multitud colgó “de la linterna”, sin juicio, al consejero de Estado Foulon, encargado del abastecimiento de París. En las provincias los municipios se esforzaron, por asegurar una trancisión ordenada y pacífica. Más dos temores engendraron pronto lo que se llamó “el gran miedo”; uno de ellos, fue el temor del hambre, porque los trigos no circulaban por el país; el otro fue el temor de los bandidos.
 En la noche del 4 de agosto, en la Asamblea, el Vizconde de Noailles, uno de los compañeros de La Fayette en América, afirmó que siendo el único motivo de esta agitación el mantenimiento de los derechos feudales, el único medio de hacerla cesar era abolirlos. La Asamblea aplaudió con delirio a este joven que así adhería al Evangelio del Tercer Estado; los diputados lloraban y se abrazaban. En el entusiasmo de esta sesión cada uno quería renunciar a algo: a la caza, a los placeres, a las frivolidades. El Tercer Estado se declaró enternecido por esta “orgía de generosidad” de los privilegiados. Y en efecto, el 4 de agosto fue un día de unión y de amor, del que la nación pudo estar orgullosa.
 A decir verdad, la abolición de los derechos feudales no fue del todo completa; la mayoría eran simplemente rescatables. La abolición no fue absoluta hasta julio de 1793.
 Jamás un régimen se suicidó tan rápidamente. En abril la Monarquía parecía todopoderosa; en agosto no le quedaba casi nada de sus antiguas instituciones.
CAUSAS:
•     la incapacidad de los gobernantes para hacer frente a los problemas del Estado, la indecisión de la monarquía, el empobrecimiento de los trabajadores y los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado, el florecimiento de la intelectualidad y “despertar de la razón” provocada por el siglo de las luces y el ejemplo reciente de la guerra de Independencia de USA.
•     Los factores económicos anteriores a la Revolución también jugaron un papel muy importante, comenzando por las periódicas crisis económicas que fueron motivadas por la batallas llevadas adelante por Luis XIV, la mala administración de Luis XV; las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra de Francia e India.
•     Todos estos acontecimientos terminaron con la paciencia de todos y llevó a que el 14 de Julio de 1789, más de 40.000 personas tomaran la Bastilla, una prisión pero en la que además interesaba recoger pólvora para las armas pues estaba totalmente decidido atacar el Estado desde sus mismas estructuras y revertir el orden social.
 CONSECUENCIAS:
•     Las principales consecuencias de la Revolución Francesa fueron el derrocamiento de Luis XVI del trono, como así la abolición de la Monarquía en Francia, con la consecuente proclamación de la llamada I República, poniendo fin así al Antiguo Régimen.
•     Este proceso le puso fin a los privilegios con los que contaban tanto la aristocracia como el Clero, eliminado la servidumbre, el diezmo y los derechos feudales. También se disgregaron las propiedades como se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de impuestos.

•    Otras consecuencias de la Revolución Francesa fueron las diversas transformaciones sociales y económicas donde debemos incluir la supresión de pena de prisión por deudas y la abolición de herencia de tierras al primogénito en las familias.
•     No debemos olvidar que dentro de las consecuencias de la Revolución Francesa ubicamos a Napoleón Bonaparte, quien instituyó durante el Consulado algunas reformas de gran importancia, como la fundación del Banco de Francia, la implantación de un sistema educativo que revocaba al anterior secular y muy centralizado.
•     Además ordenó crear la Universidad de Francia a la cual podían ingresar todos los ciudadanos a un puesto de enseñanza sin importar su procedencia ni su estatus social. Propuso además reformas legales, como son el derecho de habeas corpus, la celebración de juicios justos y sobre todo, la igualdad ante la ley.
•     La religión no quedó fuera de las consecuencias ya que se desempeñó un importante papel, más que nada a favor de la sociedad, permitiendo la libertad de culto y la libre expresión de la fe que profesara cada uno de los integrantes de la sociedad francesa de la época.

CONCLUSIONES
•   
En realidad, no es nada fácil explicar el acontecimiento que supuso la Revolución Francesa, ya que ha habido una serie de factores que la hicieron posible, como por ejemplo el cobro desigual de los impuestos, la prioridad que tenían la nobleza y el clero frente al tercer Estado, además de la obtención de cargos importantes únicamente adquiridos por la nobleza.
•    Creemos que la revolución francesa no sólo ha sido uno de los acontecimientos más importantes de la historia sino, que ha sido uno de los primeros pasos que dio el hombre para defender sus derechos, y por consiguiente también la mujer.
•     Con respecto al reinado del Terror, creemos que ha sido una de las peores etapas de la Revolución, ya que se produjeron cerca de 3500 guillotinados en toda Francia, se puede decir que ha sido una de las negras etapas por las que ha pasado la humanidad en todos nuestros tiempos, a parte de la crueldad y la frialdad con la que los acusadores dictaban sentencia, incluso tratándose de gente inocente.
•     También hemos podido observar la competitividad que han tenido los partidos constitucionales, pero incluso, a pesar de este sentimiento, algunos, como por ejemplo Danton lloraron por la muerte de sus adversarios.
•     Con respecto a Napoleón, hemos de decir que es un gran ejemplo de una persona avariciosa, inconformista y perseverante.